miércoles, 10 de junio de 2009

No.

No.
No, lo siento.
No, eh?
...no?
No creo.
No sé, no sé...

Bueno, puede que no sea posibe...

Puede que sí... por qué no? Quiero decir, qué motivos me hacen decir que no? Me gustas, me gusta estar contigo. Me gusta tenerte cerca, y a ti más.
Me gusta tu voz. Tu voz susurrando... Me gustas, sí, no hay más que verme cerca de ti. Así que eso... Por qué no? Siempre he dicho que no, y que conste que aún no he dicho que sí, pero cuál era el motivo de mi negativa?
Si nunca me lo he planteado, cómo puedo decir que no? Soy asi, no?
Pues no. Se conoce que no. Aunque no sé, claro. Yo nunca sé nada, soy así, y esto sí que es cierto.

Correcto, ahá. Soy así. Yo soy la chica duda. "Lo único que sé es que no sé nada" Soy maravillosa, magistral... Deberían darme una buena paliza, porque ya ni sé explicarme.
Qué habrá sido de mis modales conmigo misma? Creo que merezco un poco de respeto por mi parte. Así que voy a exponerme mi problema mediante un recordatorio:
  1. Tú. Tú y tus estúpidas novias que me oscurecieron el sábado mientras las presentabas por la pantalla del ordenador (fallo número uno. Éste fue gordo). Tú y tu manera de acercarme a ti, esa manera que me pone tan nerviosa porque no la puedo controlar. La misma manera que anula todas las represiones que intenté tomar frente al fallo número uno. La manera en la que al acercarme a ti, me parece que soy la persona más importante del mundo.
  2. Tus ideas, las cuales deben ser demasiado importantes para tu cabeza, y preferiste hacérmelas saber a través de tus amiguitos (fallo número dos).
  3. Tu asquerosa manera de anular mi pensamiento otra vez, y de hablarme como si de verdad tuvieras dos dedos de frente. Tu monísima manera de soplarme el pelo, igual que alguien silba a su perro para que vaya. Y me dices que quieres compartir eso conmigo, que me quieres y que... que... YO QUE SÉ! (pero eso fue el primer y único acierto) Me he cansado de enumerar, a tomar vientos.

Preparada quién? SEGURA quién? ME LO DICES A MI?

Pues vas listo, en serio... Odio no poder enfadarme, odio no tener motivos, odio tener miedo y mil opiniones que te apoyan, porque ahora.. Qué me queda a mí?