viernes, 27 de agosto de 2010

La vida está llena de dilemas

Y no siempre está en nuestras manos. Yo me paso el día encerrada en canciones que no me sirven absolutamente de nada. Preso preventivo en la república independiente, sin ley ni orden, que tengo por habitación. Nada, el mundo no pasa para mí, aunque sé que debería. Tendría que salir ahí fuera y cambiarlo, o hacer algo para que él me cambie a mi. O quizá no.
Hoy he escrito por primera vez desde hace dos meses. DOS MESES. y juro que adoro escribir, pero no podía, nada salía de mí sin que fueran palabras que quisiera regalarle a alguien. Estas son para mí.
No estas en concreto sino las que he escrito después de dos meses, yo las llamo el desayuno de después de irte a sacar sangre en ayunas. Es un nombre largo, pero completo. Y es así porque es el primero que se me ha pasado por la cabeza y he decidido escribir todo lo que se me pasa por la cabeza. Va a ser caótico, y quizá repetitivo, pero así soy yo, y quiero ser más yo que nunca.
Quiero cambiarlo todo por un montón de palabras que me hagan sentir libre, al menos durante unas horas, quiero verme a mi misma con un boli o un teclado, haciendo que salgan palabras como si fuera un limón exprimiéndose a si mismo. ¡Quiero ser un cítrico! Y a la vez, el exprimidor, pero quiero que la cáscara se quede fuera. No quiero volver a ser mi cáscara. ¿Qué parece esto? Si yo odio las metáforas...
No sé en dónde estoy metiendo la cabeza, pero lo quiero todo, y a la vez, no quiero nada. Quiero que nada me quiera a mí, pero que no me haga alejarme. ¿Cómo explicarlo?No puedo ser imprescindible, pero tengo que encajar allí donde vaya.

Es un dilema, como todo. Nunca se puede tener todo, así que siempre hay que elegir. Consecuencia: dilemas. Me encantan los dilemas, y me encanta vivir. Quiero vivirlo todo.

Hoy, voy a vivir las palabras. Lo que queda del día de hoy ire a palabra por segundo, mientras mi cabeza se satura buscándome errores que no le dejaré corregir. Hoy no, hoy no.

Hoy no tengo motivos para borrar lo que escribo, porque llueve y hace frío pero es el final de mi verano y de mi tiempo libre y quiero aprovecharlo haciendo algo que me guste y no me de pereza hacer, porque sea bueno para mi. ESCRIBIR.






Escribir nos perpetúa. Quiero escribir, y que algún día alguien piense que viví para siempre, por poco tiempo que haya pasado. Quiero ser una nube en alguna noche, un sueño o un simple escenario. Que algo mío llegue a otra persona, allí donde no llega otra cosa.

Quiero ser un caos (hoy, sólo hoy) Y lo seré.