A veces la mente va más deprisa que la vida.
Cuando ser una misma resulta un trabajo de relojero, porque ya no sabes seguro quién es esa. Se ha perdido Unamisma. Unamisma es una adolescente que nadie sabe en qué persona de verdad se va a terminar convirtiendo.
Pero vive dentro de una persona de verdad que no sabe con qué unamisma llenarse.
A veces, la mente trabaja con la energía del Hogwarts Express en hacer y deshacer puzzles filosóficos imposibles, mientras le queda el impulso de un cuarto de tortita de arroz para mantenerse de pie. Y ser.
Cuando nada parece tan difícil como salir a la calle y hacer rutina, ser diaria. Y a la vez, nada resulta tan atractivo como vivir en horizontal, sin tener que emitir un sonido.
Pero ningún sonido es tan estruendoso como el eco de las piezas del puzzle que brinca entre hemisferios y lóbulos.
A veces, la mente va más deprisa que la vida.
Cuando no puedo explicar por qué soy como estoy, y me muevo como lo hago.
Pero no puedo dejar de hacerlo, porque el tiempo en el que la mente dio la orden para que yo fuera en este momento, es un tiempo pasado. Y cuando lo estoy viviendo ya no hay vuelta atrás.
La vida es ahora, pero la mente ya ha sido. La mente que es ahora, no tiene claro cuándo está.