sábado, 29 de noviembre de 2008

Puuuues vaya

¿Qué decisión he tomado? ¿La he tomado de verdad? Las cosas se están poniendo demasiaaaado serias...
Hoy, que habría podido hacer lo que quisiera, hoy más que nunca era el momento... he decidido quedarme en casa. Mi conciencia, supongo.
El caso es que todo esto me ha hecho plantearme en qué creo, cómo de real es y cuánto debo dar en ello. Me he dado cuenta de cómo es algo de verdad, algo real que tienes cerca, y no es tan fácil. Así que ahora, además de una crisis de nervios, también tengo miedo. Qué bien. Da gusto como funciona mi cabeza.

No sé, estoy en casa porque yo quiero, y no estoy segura de que sirva, ni estoy segura de por qué exactamente he decidido quedarme en casa.

Qué harta estoy de que sea todo tan difícil, y de haberlo elegido yo.

Pero no puede ser, no puede haber nada, nada de verdad... Y lo peor, es que es algo como lo que te gustaría pero ni te atreves a soñar. Es demasiado irreal que alguien me mire así a mí. Lo peor, es que habría sido guay. Y aquí llego yo, decidiendo que no lo quiero.
Y que además, lo que tengo es mejor.

JOPELINES!

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