jueves, 13 de agosto de 2015

LDN

Conozco una ciudad que son cien ciudades. Conozco un sitio mágico donde no hay verano y el agua está en el aire, en mi pelo, y en todas partes. Hay canales por los que el río se convierte en pasto y los barcos saben subir y bajar escaleras.
Hay mucha gente en traje que esconde su corbata para pedir a gusto un happy meal. Aunque también hay artistas con la agenda llena de obligaciones, porque el arte está en todas las calles. La brisa es protagonista en pleno agosto y crea huracanes en túneles bajo la autopista.
Se puede oler a Dickens en los puentes, y de lejos las historias de Jane Austen en los parques y los tablones de madera de las casa con más canas. Hay mercados solo de flores, té bueno, y té mejor, y té de todos los sabores, y comida de cualquier lugar. Los autobuses tienen vistas de terraza y en los taxis se puede jugar al mus. 
Pocas cosas hay tan tiernas como escuchar a niños hablar en otros idiomas, y pocos sitios hay con tantos idiomas que escuchar. Y bueno... ¿He hablado ya del té?

Conozco una ciudad que son cien ciudades, y todo el mundo es de allí, aunque nadie lo sea. 



If I can make it there, I'll make it anywhere... It's up to you. 

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