Se puso mi abrigo verde durante solo 3 días, y el armario estuvo oliendo a ella durante 4 meses. Yo abría la puerta solo para acordarme de que iba a sobrevivir. De que todo iba a irme bien.
Cuando era pequeña me daba la bufanda o el jersey que había usado ese día para que pudiera dormir. Y yo me abrazaba al olor de mi madre y mi cama se transformaba en el mejor lugar del mundo.
No conozco a nadie que se pueda enfadar tanto y ser tan feliz en los mismos cinco minutos. Y me alegro, porque la forma en que mi madre es feliz llena la sala, y no habría sitio para dos así en el mundo. Cuando mi madre sonríe entiendes el optimismo.
Tiene las manos suaves y calentitas. Señala siempre con el dedo indice mientras el pulgar se le curva de forma imposible. Sé reconocer sus manos en cualquier sitio.
Me llenó el pelo de margaritas, y el vestido de gatitos.
Me llama coco. Coquito.
Se le pegan todos los acentos más feos. Se dejaba la leche en el rellano cuando hacía la compra, y se ha cortado mil veces cocinando. No me deja comer el fuet a bocados, aunque siempre que la ves por la cocina ella está picando algo. Podría dormir de pie, y lo hacía cuando esperaba conmigo en el médico. Me cierra la persiana por la mañana en verano. Y me pinta las uñas de los pies aunque no puedo dejarlos quietos.
Tiene en la mente cien compartimentos y puede hacer cien cosas a la vez. Y digan lo que digan, las hace siempre bien.
Lo sabe arreglar todo. Lo sabe cocinar todo. Lo sabe dibujar todo. Sabe hacer sonreír a cualquiera. Aunque no es capaz de recordar la letra entera de una sola canción.
Si está leyendo asentirá a cualquier cosa que digas aunque no se habrá enterado de nada. Yo siempre hablaba de gorilas azules que se habían colado por la ventana y ella ni levantaba la vista. Se le puede caer la casa encima si está leyendo y solo le molestará cuando los escombros le tapen las páginas. Todos los libros que he leído en mi vida se los debo a ella. Todas las palabras.
Y yo no sé escribir sobre mi madre con orden porque eso no tendría sentido. Es el mejor adulto del mundo y a la vez uno de los peores. Podría sobrevivir en una isla desierta y convertirla en un loft apañadito aunque si se comprase un loft parecería una isla desierta la mitad del tiempo.
Pero es sin duda miembro selecto de mis personas preferidas en el mundo.
Y siempre la echo de menos.