NUNCA me ha gustado hacerlo, nunca lo hago, no es algo natural en mí. En cuanto algo malo ocurre me imagino a mí misma llorando, pero no es algo que ocurra. Sin embargo, es algo que adoro de mi serie favorita. Termino pensando que hay demasiadas cosas que pueden ir mal en la vida. Y sin embargo, por algún extraño motivo, me da calma. Me siento tranquila, completamente despreocupada, sin ningún interés en darle vueltas a todas esas cosas que se pasean por mi vida. Creo que es porque no es sólo todo lo que puede ir mal, sino todo lo que se puede conseguir, por difícil que sea. Todo aquello que pasa, que podrá seguir pasando y que alguien, una de esas maravillosas personas que se esconden entre las personas simples, hará que pase cuando el mundo menos se lo espere. Muchos motivos que hacen que, después de cada capítulo, simplemente, quiero pensar, pero me veo sin nada en lo que pensar. Así que quiero algo, pero no sé el que, y me siento triste, a la vez que calmada e incluso optimista, sin saber cómo he combinado todas esas cosas. Así que, a falta de una utilidad para cómo me siento, sencillamente quiero más, un capítulo más, una canción, recuerdo o momento. Más de eso que me hace sentir como me siento ahora mismo, a las cuatro menos diez de la madrugada, completamente sola en casa, después de un capítulo que llevo algo más de un mes esperando.
Quiero, algún día, saber que he vivido lo suficiente como para que algún pedazo de mi vida pueda hacer sentir a alguien como yo me siento ahora mismo. No es que quiera desgracias, accidentes, magnicidios o cánceres en mi vida, nada que ver. Quiero valor, y fuerza, y reflexión. Que algo que ocurra sea tan importante, aunque no se aprecie, que pueda cambiar mi rumbo. Y no sé si tengo que hacer que ocurra o vendrá solo, pero tengo la esperanza de que algún día, un sólo momento de mi vida, encaje en un guión tan... genial. No necesito una vida entera, la aborrecería. Quiero un momento, como esos que ya recuerdo antes de dormir, pero amplificado.
Ahora creo que tengo que esperar, y eso forma parte de lo que vendrá después, es parte de mi sistema de sonido que hará que cuando mi vida suene, lo haga a lo grande. Esperar, a que las cosas no me sucedan simplemente a mí, sino que sucedan para mí. Para que algo más ocurra.
Y me gusta todo esto, aunque me haga pensar que algo falle en mi cabeza. Me gusta cuando 40 minutos de una serie me dan la emoción de toda una semana. Al menos, de momento.