viernes, 3 de septiembre de 2010

Fotos de carnet.









Están hechas exclusivamente para que las lleves en la cartera, ya sea en un pedazo de cartón plastificado de cierta utilidad, o sueltas, junto a alguna otra. Pero no sirven para nada más, son fotos para llevar encima, y suelen ser realmente horribles.Feas, feísimas. ¿Por qué? Porque nos hacen sonreír, pero no con gusto. Nos OBLIGAN a sonreír, lo que nos convierte en personas con sonrisas horribles el 90% de las veces. Muy buen día debes tener para que en una foto de carnet sonriendo consigas salir bien. Te hacen inclinarte ligeramente y ponerte delante de una pared blanca, que hace de la foto, sosa de por sí, algo aún más irritante. Por el simple hecho de que no es real, no es nuestra verdadera cara.
Opino que antes de hacer una foto que va a figurar en tu DNI, deberían estudiar tu personalidad. Si eres una persona que se pasa el día frunciendo el ceño y desconfiando de todo lo que hay a tu alrededor, que en la foto, tu cara sea de desconfianza. Para cualquier persona será mucho más fácil identificarte con tu foto del DNI.
Además, ¿en qué momento del día te pueden pillar sonriendo así? ¡Nunca! Es una sonrisa exclusiva, que sólo es capaz de posarse en tu cara cuando sabes que formara parte de un papelito brillante de cinco centímetros que te acompañará en la cartera los próximos diez años. DIEZ AÑOS. Debería encerrarme en mi casa la década entera para no tener que llevar encima el dichoso documento de identidad.
Identidad, dice. Identidad. Y aparece mi nombre, que bueno, sí que lo utilizo, y mi cara sonriendo de la manera más grotesca del mundo. Si esa es mi identidad, definitivamente debería recluirme diez años, o los que surjan.

Creo que sonreír en una foto para el carnet, cuando odias hacerte fotos de carnet es PURA hipocresía.


Y yo no soy una persona hipócrita, qué va. Hoy, cuando me digan "sonríe" alzaré la voz en favor de la revolución. (Y se va a cagar la perra)

viernes, 27 de agosto de 2010

La vida está llena de dilemas

Y no siempre está en nuestras manos. Yo me paso el día encerrada en canciones que no me sirven absolutamente de nada. Preso preventivo en la república independiente, sin ley ni orden, que tengo por habitación. Nada, el mundo no pasa para mí, aunque sé que debería. Tendría que salir ahí fuera y cambiarlo, o hacer algo para que él me cambie a mi. O quizá no.
Hoy he escrito por primera vez desde hace dos meses. DOS MESES. y juro que adoro escribir, pero no podía, nada salía de mí sin que fueran palabras que quisiera regalarle a alguien. Estas son para mí.
No estas en concreto sino las que he escrito después de dos meses, yo las llamo el desayuno de después de irte a sacar sangre en ayunas. Es un nombre largo, pero completo. Y es así porque es el primero que se me ha pasado por la cabeza y he decidido escribir todo lo que se me pasa por la cabeza. Va a ser caótico, y quizá repetitivo, pero así soy yo, y quiero ser más yo que nunca.
Quiero cambiarlo todo por un montón de palabras que me hagan sentir libre, al menos durante unas horas, quiero verme a mi misma con un boli o un teclado, haciendo que salgan palabras como si fuera un limón exprimiéndose a si mismo. ¡Quiero ser un cítrico! Y a la vez, el exprimidor, pero quiero que la cáscara se quede fuera. No quiero volver a ser mi cáscara. ¿Qué parece esto? Si yo odio las metáforas...
No sé en dónde estoy metiendo la cabeza, pero lo quiero todo, y a la vez, no quiero nada. Quiero que nada me quiera a mí, pero que no me haga alejarme. ¿Cómo explicarlo?No puedo ser imprescindible, pero tengo que encajar allí donde vaya.

Es un dilema, como todo. Nunca se puede tener todo, así que siempre hay que elegir. Consecuencia: dilemas. Me encantan los dilemas, y me encanta vivir. Quiero vivirlo todo.

Hoy, voy a vivir las palabras. Lo que queda del día de hoy ire a palabra por segundo, mientras mi cabeza se satura buscándome errores que no le dejaré corregir. Hoy no, hoy no.

Hoy no tengo motivos para borrar lo que escribo, porque llueve y hace frío pero es el final de mi verano y de mi tiempo libre y quiero aprovecharlo haciendo algo que me guste y no me de pereza hacer, porque sea bueno para mi. ESCRIBIR.






Escribir nos perpetúa. Quiero escribir, y que algún día alguien piense que viví para siempre, por poco tiempo que haya pasado. Quiero ser una nube en alguna noche, un sueño o un simple escenario. Que algo mío llegue a otra persona, allí donde no llega otra cosa.

Quiero ser un caos (hoy, sólo hoy) Y lo seré.

domingo, 6 de junio de 2010

Who I am hates who I've been

El pasado es algo que, en algún momento o en otro, todos querríamos cambiar, o revivir. Pero, si el precio es volverlo a pasar todo, o perder las cosas como están ahora, yo me niego.
No, el pasado está muy sucio y lo que parece que viene por delante tiene demasiado buen aspecto. No volvería a pasar un año encerrada en mí misma, sin ser quién soy con absolutamente nadie, ni volvería a pasar un año persiguiendo algo que nunca existió, ni volvería a caer en lo mismo, haciendo sufrir a un capullo en lo único bueno que ha hecho desde que me conoce, ni tantas otras cosas de las que me arrepiento pero sin las cuales, hoy por hoy, no estaría aquí. Ni yo, ni mi sonrisa.
Qué? es verdad, y todos los años tendrán errores, porque lo he aceptado, la cago monumentalmente de vez en cuando, pero... no me suele venir mal. He aprendido de muchas cosas de mis errores, y curiosamente, también de los errores que los demás han cometido conmigo.

No quiero escribir nada que me haga daño cuando lo lea, y creo que... nadie se merece que siga despotricando por aquí. Así que, a partir de hoy, si tengo que desahogarme con alguien, lo haré de forma directa. Me habría ahorrado tantas cosas de haberlo hecho desde un principio.. Este blog está ahora cargado de malas energías, a ver si puedo dar un golpe de timón.


...y tú que no te dabas cuenta cuánto me dolía, y tú que no sabias el daño que me hacías. Cómo es que no te fijaste que ya no sonreía, que antes de apagar la luz ya nada te decía, que aquel amor se te escapó, que había llegado el día que ya no te sentía, que ya ni me dolía. Te dedicaste a perderme, y te ausentaste en momentos que se han ido para siempre, te dedicaste a no verme, y te encerraste en tu mundo y no pude detenerte, y te alejaste mil veces, y cuando regresaste me habías perdido para siempre, y quisiste detenerme, y entonces descubriste que ya miraba diferente. Te dedicaste a perderme.

http://www.youtube.com/watch?v=s8Xx3cyhPvU

miércoles, 2 de junio de 2010

No pido mucho.

Cuando uno visita un lugar a los cinco años, probablemente no lo recuerde. Quizá, al volver a ese sitio sepa que ha estado ahí, e incluso en qué momento lo hizo. Pero no lo recuerda sin más, o sí?
Hoy he encontrado el cementerio. Sí, sé que no es algo que se cuenta así como así, pero es que es cierto. Llevaba unos días buscándolo, una pequeña promesa que me hice, pero no lo encontraba. Hoy he estado allí, ni siquiera he entrado, sólo lo he visto.
Lo recordaba, y antes de ir tenía en la cabeza la imagen exacta. No creo que uno olvide un cementerio, ni aunque haya ido a dejar flores a alguien que no conoció.
Según la mayoría de estudios sobre la psique humana, hay un momento exacto en la vida de las personas en las que toman conciencia de sí mismos, del mundo, y por supuesto, de la muerte. Quizá fue en ese momento cuando yo supe que aquello existía.

No intento sufrir, no es algo que me ocurra. Pasa por mi vida como algo que aceptar, y no me importa comenzar a acostumbrarme. Es simple nostalgia, y tristeza por todo lo que ese lugar puede significar para la mayoría de la gente que vive a mi alrededor.
Es lo que hay.

lunes, 24 de mayo de 2010

Aún.

¿Por qué ya no me baila un gusano en la tripa, cuando suena el teléfono y escucho su voz? ¿Por qué no me arreglé para la última cita, y no usé su perfume ni me puse tacón?
¿Por qué ya no es mi tipo? ¿Por qué no es lo de siempre? Será que nuestra vida ya no es diferente, hacemos todo igual que el resto de la gente... Pero me cuesta tanto decirlo a la cara, aguanta un poco más o lo echamos a suertes.

Y yo que siempre había querido una relación como todas las demás... ¿Dónde está mi chispita? ¿Sigo siendo un imán de medio polo? Me niego a creer que el navarro aún tiene secuestradas mis mariposillas... creo que se han escapado y no saben cómo volver conmigo. No tengo la culpa... Pero él tampoco.
Esto no es justo. Ahora que va bien, parece que no tiene sentido. Comienzo a fingir que o tiene, por si lo consigue por inercia. Espero que resulte.

martes, 4 de mayo de 2010

Y seguido.

Tú juegas a quererme, yo juego a que te creas que te quiero. Buscando una coartada, me das una pasión que yo no espero, y no me importa nada.
Tú juegas a engañarme, yo juego a que te creas que te creo. Escucho tus bobadas acerca del amor y del deseo... y no me importa nada, nada, que rías o sueñes, que digas o que hagas... No me importa nada, por mucho que me empeñe, estoy jugando y no me importa nada.
Tú juegas a tenerme, yo juego a que te creas que me tienes. Serena y confiada, invento las palabras que te hieren, y no me importa nada. Nada.


No soy tonta. No soy egoísta por decir que daría mi vida por alguien, si tú no res capaz de ver más allá de tus narices no significa que la humanidad entera cometa ese error. El egoísta eres tú por pensar que mi vida te pertenece.
Que vendas a quien sea por tu bien no significa que yo no sea capaz de venderme por otros. No soy una santa, y ni siquiera soy altruista la mitad de las veces que actúo, pero no me llames mentirosa si digo que no mataría por sobrevivir, sé dónde esta mi precio y queda muy lejos de ahí.
No todo el mundo se vende, y no eres un Dios ni lo serás nunca. Cambia de sueño, chaval, ese te queda grande. Jamás vuelvas a decir que miento, y no vuelvas a llamarme imbécil (y más si lo escribes con n y v, por favor..) Deja de contradecirte, que ni me quieres ni sabes lo que pasa por tu cabeza, que es mucho más simple de lo que crees.

Esto se acaba, la oportunidad se te ha escapado. Y a mí... No me importa.

domingo, 18 de abril de 2010

Soy un completo incompleto

si me giro y no te veo. Eso dijo.

Me levanto, nos vamos. Él viene detrás, me coge de la mano, tira de mi y me besa.
Se ve que ya no nos vamos, me parece bien.

Me siento, se sienta a unos metros. Estás demasiado lejos, me pongo de pie y me quedo a su lado. Sigo las líneas de sus manos hasta que él estrecha las mías. Me mira hasta que no lo soporto más y frunzo el ceño. ¿Por qué me mira? Y me dice que por qué le miro. Bueno, pues si te molesta dejo de mirarte. No pasan un suspiro y niega con fuerza. ¡No! Mírame, me gusta, te siento cerca. Y le miro otra vez. Aquí se está bien.

Me llaman, nos tenemos que ir. Cinco minutos más, por favoooooor... Y tiro de él, pero me dejo llevar. Así no nos podemos ir, si no dejas de besarme. Es que si te pones tan cerca no lo puedo evitar, la culpa es tuya, le digo. Insiste, cinco minutos mááás...
Y abajo quedan diez minutos más, fingiendo un cine y un bol de palomitas. Coge más, dice, están bien de sal? Y sonríe. Las mejores palomitas invisibles que he tomado, sin duda.

¡Mañana te veo!

Y de repente... Se acaba. No debería haber dicho nada a Sara, cuenta. No tendría que haberle dicho nada, si llego a saber que se me pasaría tan rápido no la habría hecho daño.

No es que duela.. Pica un poco, sólo eso. Es que.. se estaba bien.