Martes, un martes cualquiera, y un miércoles como cualquier otro, con sus clases y su frío. Pero este Martes lo he pasado en estado alterado de conciencia, y este Miércoles llegué a casa a las cuatro de la mañana.
Y sí, he ido a clase, y ha sido a la vez un día estupendo y diferente, y un día más. Y sí, me gusta poner los nombres de los días con mayúscula. Qué le voy a hacer, conoces una Miércoles y empiezas a respetar los demás días, porque.... Todos pueden ser uno más. Y mira, lo bonito de la rutina es que hace especiales días que son uno más, por el hecho de no serlo del todo.
ODIO los extremos, odio las noticias de la Sexta que tienen un sentido de la objetividad muy extraño, pero como odiar es un extremo, a su favor diré que me gustan los adjetivos que utilizan. Cuando alguien es objetivo no puede usar esos adjetivos, algo bueno hay.
Y no me gusta hablar de política, porque siempre me encuentro con un extremista. Esto está lleno, y no deja de ser un país de pandereta en el que Belén Esteban es alguien.
Lo bueno, lo realmente bueno, es que es un pensamiento de un día más, pero un día genial. Me desvío, desvarío y me pierdo por los ejemplos de Úbeda.
No es adorable que no me centre? Yo me parezco adorable.
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