Me temo que soy casi todo lo que quiero ser. Todo lo que está en mi mano, últimamente, lo alcanzo.
Y ahora... ¿qué?
Ahora sólo tengo una cosa en la que pensar. Cuando has llegado a un lugar en el que te gusta estar, por tus propios medios, todo lo demás es inalcanzable, porque ya no está en tus manos. Me parece seriamente injusto. Porque repito, ahora me tengo que convertir en una persona que no tiene más pensamientos que los superficiales, los demás están saldados. Porque sé que no puedo hacer nada por ellos. No sirve luchar, y mucho menos volver a definirlos. Injusto quizá, pero se vive bien.
Es una pena. Pero no es culpa mía.
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