lunes, 4 de octubre de 2010

Me dicen que no

O que sí. Que no lo sé, que no tengo nada que decir hasta que no aclare mis ideas, y por tanto nadie que me escuche. Porque es verdad, esquivo a la gente que me quiere escuchar, creo que hasta me pone nerviosa tener amigos.
Y me pregunto.. WTF?! Ah... aaaaamigo, es lo que hay. Creo que es culpa de mi recuerdo reprimido.
No, en realidad no es culpa suya, pobrecito. Pero a alguien hay que echárselas, y aunque parezca mentira, últimamente los capullos me escasean. Así que es lo más parecido que hay.

QUE NO! Que no es por eso, que no es eso. Que es por el estrés, seguro. O quizá es la edad, como dice mi abuela. O... no sé, me duele la cabeza.

Sí, seguro que es la edad. Y el mundo, que ahora resulta que no tiene pasado ni futuro y vivimos en un eterno presente. Y se ve que las instituciones son prescidibles y el lenguaje esconde sobre todo falsedad. Creo que la filosofía me abre las puertas a un mundo que apesta.
Si ser ignorante es no conocer ese mundo, lo prefiero. O no. No, porque entonces volvería a no tener nada en lo que pensar, y juro que es para tirarse de los pelos.

Yo escribía coherentemente, lo juro.

No hay comentarios: