jueves, 26 de junio de 2014

Young Volcanoes

Los días que marcas en el calendario no pueden estar siempre prediseñados. No te haces necesariamente mayor el día que cumples 18, ni te comprometes de verdad con una persona el día de tu boda.
Hoy es un martes de mayo cualquiera, sin marca en la agenda. Pero hoy ha sido el primero de muchos días en los que mi fracaso comienza a ser solo culpa mía. Y me siento extremadamente llena de responsabilidades. Y sobre todo, de libertad.
El conjunto de día-a-días que había acumulado, siguiendo unas reglas que yo nunca definí, han cerrado la puerta detrás de ellos. Toda su estructura se ha derrumbado, dejándome a mí sin un camino que seguir. Es decir, con todo el bosque para decidir por dónde quiero pasar. 
Roma está ardiendo y yo no pienso quedarme a convertirme en las cenizas. Hoy he crecido un poco, o me he dado cuenta de que ya lo había hecho. He hecho una muesca en el marco de la puerta. He vivido un poco más. Me siento llena de energía y de vida incontrolable, que se me escapa por las yemas de los dedos y el brillo de los ojos.Y tengo ganas de cantarme que soy una muchacha excelente. Así que esta es mi manera de hacerlo, aunque para cuando leáis esta entrada ya sea junio, y haya dejado de ser martes. Y el calendario diga que he cumplido 21 años.
No sé que pasará el 26 de junio y no quiero esperar para verlo, porque hoy ya está todo en ruinas. Y para entonces, habremos hecho de Roma una ciudad mil veces mejor, y solo será un día más en esa nueva ciudad.

When Rome's in ruins, we are the lions free of the coliseum. 
...It's all over now, before it has begun... and we've already won!
We are wild.
We are like young volcanoes.

jueves, 19 de junio de 2014

My songs know what you did in the dark

Las estrellas no me quieren dar respuesta, dijo. Tiene una pregunta para cada estrella, y las formula cada noche inútilmente. Quizá los astros no tengan las respuestas, o nadie las merezca. Quizá nadie pueda darlas. Pierde el tiempo buscando en el cielo nocturno la utilidad. Su belleza no está ahí para explicar nuestra vida, nunca estará a nuestro servicio. Y además yo creo que las preguntas importantes no se pueden responder o pierden su importancia.
Eso le contesté yo. Que vivamos. Intentemos que nuestras preguntas se calmen solas, hagamos de la vida nuestra respuesta. Se vendrán conmigo, las estrellas. A ellas les pica la curiosidad sobre mis preguntas, le dije. Ya ves, tú haces preguntas a las estrellas, y yo creo que somos sus respuestas. Somos nosotros los que tienen alguna utilidad para ellas. O puede que sólo seamos su fuente de incógnitas. En cualquier caso, sin nosotros se aburren.

Miss missing you

Unos meses atrás me di cuenta de que ya no me veo reflejada en los espejos. Me veo en los cristales de las tiendas, en las puertas del tren antes de abrirse, en las paredes metálicas del ascensor... Miro, y siempre está en el otro lado una persona que lleva tanta prisa que no me aguanta la mirada, y solo es capaz de concentrarse en cómo llevo el pelo o en cómo mis zapatillas parecen mucho más inapropiadamente verdes que cuando me las puse por la mañana.
Los espejos, sin embargo, han comenzado a aterrarme. Aparto la mirada y trato de evitar contacto visual con la persona que soy en esas superficies metálicas. No quiero creer que esa sea la forma en que todo el mundo me ve.
Sin embargo, al menos en esas otras superficies había algo que se reflejaba frente a mí, lo suficientemente difuso como para que me atreviera a mirar. Y me gustase o no, inspiraba cierta tranquilidad saber que dispones de un reflejo personal e intransferible, fiel a tu presencia. Al que te has acostumbrado.
Pero hoy, al buscarme en la ventanilla del autobús, no había nada. Con preocupación me he puesto la pantalla del móvil frente a los ojos, y solo podía ver el respaldo de mi asiento, y a la mujer sentada detrás de mí.
Durante una hora, en la que he olvidado mi destino y pasado de largo mi parada, he intentado comprender qué era lo que estaba sucediendo a mi alrededor. Creo que mi reflejo y yo, que tanto tiempo hemos pasado distanciándonos, hemos roto por fin nuestra relación.
Así que no tengo reflejo. Se ha debido marchar a buscarse a alguien que le preste más atención. Que le acepte como es.
Y yo me he quedado sola. Sin nada que me indique cómo me perciben los demás. Sin ninguna prueba de si estoy consiguiendo acercarme o no a la imagen de persona que trato de conseguir. Con el imnenso problema de ser totalmente independiente de mi aspecto y de lo que el resto del mundo pueda ver en él. Y sin saber qué hacer con tan gigantesca felicidad.

jueves, 5 de junio de 2014

The Phoenix

Hace tiempo que te conozco y no has dejado de asombrarme. Actúas de forma tan peculiar que es imposible no fijarse en ti, y sin embargo lo haces para pasar desapercibida. Intento conservar cada imagen que tengo de ti, y no dejas de hacer que desaparezcan.
Supuse que estabas huyendo en el momento en que te conocí, pero nunca imaginé que hubiera detrás de tu irrefrenable escape un motivo real. Parece que eres una persona maravillosa que pone todo su esfuerzo en convertirse en un ser humano normal y corriente. Como todos los demás. Solo que los demás se esfuerzan por parecer tan especiales como tú eres.
Hace cinco años escuché una historia en la que una chica se quedó atrapada, porque nunca me contaron el final. Por lo que yo sé, ella se quedó huyendo de sus captores y esquivando a sus asesinos por una carretera secundaria, dejando detrás una realidad que no comprendía y a alguien realmente especial que le salvó la vida. Mi amigo Dorian me contó esta historia. A su manera, desde su peculiar encierro en su mente. A él le conozco desde que su tía murió. Acudí a su casa después del accidente para encontrarle sentado a su lado, balanceándose y murmurando, con los cristales de un jarrón que parecía ser el arma homicida clavados en sus manos. Todo el mundo asumió que había sido él, ya que a veces los jóvenes autistas pueden ser impredecibles e irascibles. Sin embargo, desde el momento en que llegué a la casa supe que no había podido ser él, y que su mente no era tan inalcanzable como muchos se creían.
Pero tú ya debes saber eso, ¿verdad?. Unos días atrás recordé esta historia y pensé que quizá no me la tomé en serio cuando me la contaron. Quizá esa chica que huyó existía de verdad, y ha pasado los últimos cinco años huyendo. Quizá salió de aquella casa con el resto de cristales de aquel jarrón. Y quizá se encontró conmigo tiempo después, mientras buscaba a su salvador para agradecérselo, y no pudo pasar desapercibida. Pero volvió a huir y yo decidí escribirle una carta.
No sé por qué siento la necesidad de hacerte saber que conozco la verdad, cuando este hecho te hará sentir incómoda y vulnerable. Pero entiendo que es un secreto, y no puedo contárselo a nadie más, y creo que soy la única persona que no tiene intención de hacerte seguir huyendo ni temer por tu vida. Solo quiero que sepas que toda una vida escapando acabará contigo. Quizá sigas viviendo pero no vas a volver a ser tú, está acabando con todo lo que te hace especial. Quien fuera que te perseguía ha conseguido su objetivo, te está arrebatando tu vida.


Cinco años atrás creía tener algo que contar: Nunca estuve aquí.