Hoy es un martes de mayo cualquiera, sin marca en la agenda. Pero hoy ha sido el primero de muchos días en los que mi fracaso comienza a ser solo culpa mía. Y me siento extremadamente llena de responsabilidades. Y sobre todo, de libertad.
El conjunto de día-a-días que había acumulado, siguiendo unas reglas que yo nunca definí, han cerrado la puerta detrás de ellos. Toda su estructura se ha derrumbado, dejándome a mí sin un camino que seguir. Es decir, con todo el bosque para decidir por dónde quiero pasar.
Roma está ardiendo y yo no pienso quedarme a convertirme en las cenizas. Hoy he crecido un poco, o me he dado cuenta de que ya lo había hecho. He hecho una muesca en el marco de la puerta. He vivido un poco más. Me siento llena de energía y de vida incontrolable, que se me escapa por las yemas de los dedos y el brillo de los ojos.Y tengo ganas de cantarme que soy una muchacha excelente. Así que esta es mi manera de hacerlo, aunque para cuando leáis esta entrada ya sea junio, y haya dejado de ser martes. Y el calendario diga que he cumplido 21 años.
No sé que pasará el 26 de junio y no quiero esperar para verlo, porque hoy ya está todo en ruinas. Y para entonces, habremos hecho de Roma una ciudad mil veces mejor, y solo será un día más en esa nueva ciudad.
...It's all over now, before it has begun... and we've already won!
We are wild.
We are like young volcanoes.