jueves, 5 de junio de 2014

The Phoenix

Hace tiempo que te conozco y no has dejado de asombrarme. Actúas de forma tan peculiar que es imposible no fijarse en ti, y sin embargo lo haces para pasar desapercibida. Intento conservar cada imagen que tengo de ti, y no dejas de hacer que desaparezcan.
Supuse que estabas huyendo en el momento en que te conocí, pero nunca imaginé que hubiera detrás de tu irrefrenable escape un motivo real. Parece que eres una persona maravillosa que pone todo su esfuerzo en convertirse en un ser humano normal y corriente. Como todos los demás. Solo que los demás se esfuerzan por parecer tan especiales como tú eres.
Hace cinco años escuché una historia en la que una chica se quedó atrapada, porque nunca me contaron el final. Por lo que yo sé, ella se quedó huyendo de sus captores y esquivando a sus asesinos por una carretera secundaria, dejando detrás una realidad que no comprendía y a alguien realmente especial que le salvó la vida. Mi amigo Dorian me contó esta historia. A su manera, desde su peculiar encierro en su mente. A él le conozco desde que su tía murió. Acudí a su casa después del accidente para encontrarle sentado a su lado, balanceándose y murmurando, con los cristales de un jarrón que parecía ser el arma homicida clavados en sus manos. Todo el mundo asumió que había sido él, ya que a veces los jóvenes autistas pueden ser impredecibles e irascibles. Sin embargo, desde el momento en que llegué a la casa supe que no había podido ser él, y que su mente no era tan inalcanzable como muchos se creían.
Pero tú ya debes saber eso, ¿verdad?. Unos días atrás recordé esta historia y pensé que quizá no me la tomé en serio cuando me la contaron. Quizá esa chica que huyó existía de verdad, y ha pasado los últimos cinco años huyendo. Quizá salió de aquella casa con el resto de cristales de aquel jarrón. Y quizá se encontró conmigo tiempo después, mientras buscaba a su salvador para agradecérselo, y no pudo pasar desapercibida. Pero volvió a huir y yo decidí escribirle una carta.
No sé por qué siento la necesidad de hacerte saber que conozco la verdad, cuando este hecho te hará sentir incómoda y vulnerable. Pero entiendo que es un secreto, y no puedo contárselo a nadie más, y creo que soy la única persona que no tiene intención de hacerte seguir huyendo ni temer por tu vida. Solo quiero que sepas que toda una vida escapando acabará contigo. Quizá sigas viviendo pero no vas a volver a ser tú, está acabando con todo lo que te hace especial. Quien fuera que te perseguía ha conseguido su objetivo, te está arrebatando tu vida.


Cinco años atrás creía tener algo que contar: Nunca estuve aquí.

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