Me presento: soy esa persona que prefiere pasar el verano sola, leyendo y saliendo a correr con música en los oídos, para que nadie se ofrezca a acompañarla. Sin embargo, siento que no debería ser esa persona. Que es el momento de salir hasta que se haga de día, que tengo los amigos y la oportunidad. Todo listo para la fiesta. Todo, menos yo.
Y pienso, qué clase de historia digna de contar comienza conmigo sujetando una cerveza en medio de un centenar de personas sujetando su alcohol, deseando ligar, o pegarse con alguien, o más alcohol. Qué tipo de recuerdos tengo cuando llego a casa, con los pies destrozados y el vestido lleno de la bebida de otras personas (con las que he decidido no pegarme). Me lo paso bien, pero no me siento bien por ello. Me gusta bailar, pero salir así no significa bailar. Saltar, gritar, puede, si la orquesta es decente. Pero no sé por qué sigo empujándome a salir así. Por qué siento que está mal todo esto que pienso.
Me debería presentar de nuevo: soy esa persona que no sabe si es una sola persona. Creo que es bastante probable que esté engañando a todo el mundo y no sepa dejar de hacerlo.
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